Chistes de veterinarios
El veterinario suspira, se da la vuelta y sale de la habitación. Vuelve a los pocos minutos con un perro viejo. La propietaria del pato mira con asombro, el perro se pone de pie sobre sus patas traseras y pone sus patas delanteras sobre la mesa de examen y olfateando el pato de arriba a abajo. Luego alza la vista al veterinario y con ojos tristes y sacude la cabeza.El veterinario le da unas palmaditas al perro en la cabeza. Unos minutos más tarde regresa con un gato. El gato se coloca sobre la mesa y también olfatea delicadamente al pato de la cabeza a los pies. El gato se sienta sobre sus patas traseras, sacude su cabeza, maúlla suavemente y se dirige fuera de la habitación.
El veterinario mira a la mujer y le dice: "Lo siento, pero como ya he dicho, este es sin duda 100% certificable, su pato está muerto. El veterinario se dirige hacia el ordenador y emite una factura. El dueño del pato, todavía en estado de shock, coge la factura y dice: "¿150 dólares sólo para decirme mi pato está muerto?" El veterinario se encoge de hombros. "Lo siento. Si hubiera confiado en mi palabra la factura sería solo de 20 euros, pero con el informe del laboratorio y el scanner del gato son 150 dólares". Me gusta
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